ARMONIA ENTRE LA CIENCIA Y LA
BIBLIA.
Quizá en alguna oportunidad usted habrá escuchado a alguien alegando que la Biblia sólo debe ser utilizada como una fuente de aportación teológica, nunca como una fuente confiable para intentar explicar los procesos físico-químicos de la naturaleza. Estas personas alegan que las Escrituras son una rica fuente de información normativa, moral, teológica, religiosa, inspiracional, etc. Puesto que es La Palabra de Dios. Pero hay quienes no dan cabida a la posibilidad de que la Biblia pueda contener informaciones que puedan ni remotamente armonizar con la ciencia. Sin embargo, y en abierta oposición a muchos científicos que han alzado sus voces para aseverar estos alegatos, la Biblia misma dice que:
“Todos los textos de la Escritura son inspirados por Dios y son útiles para enseñar, para rebatir, para corregir, para guiar en el bien.” 2 Timoteo 3:16.
Pues si la Biblia reclama ser inspirada por Dios, pero por el otro lado contiene "errores" y "equivocaciones", la misma quedaría invalidada como Palabra de Dios, debido a que la Palabra de Dios no tiene ni puede contener “errores y equivocaciones” por la calidad de Dios como ser Omnisciente, Omnipotente y Omnipresente.
Entonces, sin más preámbulos, sometamos a la Biblia, a las Sagradas Escrituras, a una prueba y ¡sea usted el jurado!: Sea usted el jurado de si la Biblia es consistente con la ciencia. Mas recuerde que por miles de años la Biblia contuvo la información y descripción de fenómenos naturales que en artículos posteriores presentaremos con el nombre de Armonía entre la Biblia y la Ciencia, y que sin embargo al "hombre de ciencia" le ha tomado miles de años para, por fin, darse cuenta de que lo que recién descubren ya ha sido patentado hace muchos años en un libro llamado la Biblia. Y que obviamente estos “Descubridores” al ignorar los contenidos de la Biblia u omitir su valor, piensan que ellos son los primeros y únicos en hacer estas revelaciones.
“Como dice la Escritura: haré fallar la sabiduría de los sabios y echaré abajo las razones de los entendidos.” 1 Corintios 1:19.
ARMONÍA I. ARMONÍA ENTRE LA BIBLIA Y LA METEOROLOGÍA.
Analicemos la primera Armonía consistente entre la Biblia y la Ciencia: En Job 36:27- 28 la Biblia nos dice:
“Él (Dios) atrae las gotas de agua y diluye la lluvia en vapores que las nubes derramarán y destilarán sobre la muchedumbre.” Job 36:27-30.
El diccionario de la Real Academia Española define el verbo "destilar" como el "proceso de separar por medio del calor, en alambiques u otros vasos, una substancia volátil de otras más fijas, enfriando luego su vapor para reducirla nuevamente a líquido." Este es el proceso usado para la destilación del ron usado en algunos países, tales como República Dominicana y Puerto Rico.
Note lo asombroso de esta declaración. Lo que esto implica es que estos autores de la antigüedad ya conocían el principio básico del ciclo del vapor de agua. Ahora note otra asombrosa declaración en la Biblia ¡el Libro que no contiene errores!:
“Todos los ríos van al mar, y el mar no se llena; nuevamente el agua correrá por los ríos.” Eclesiastés 1:7.
Y para seguirnos sorprendiendo de las maravillosas descripciones que nos da la Biblia, tenemos otra cita donde nos viene a confirmar:
“Como baja la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelven allá sin haber empapado y fecundado la tierra y haberla hecho germinar dando la simiente para sembrar y el pan para comer.” Isaías 55:10.
Es evidente que estas afirmaciones verdaderamente vienen de la ciencia y sabiduría suprema de Dios, concretamente explicada por la Teoría del Ciclo Natural del Agua, el cual, básicamente tiene como función la de llevar el agua de un lado a otro, implicando el cambio de Estado del Agua en sus tres fases. Y que se pueden resumir en los siguientes puntos:
1) los ríos se vacían en el mar.
“Todos los ríos van al mar, y el mar no se llena; nuevamente el agua correrá por los ríos.” Eclesiastés 1:7.
2) las gotas de agua subsecuentemente se convierten en vapor, siguiendo el proceso de "destilación" antes mencionado.
“Él (Dios) atrae las gotas de agua y diluye la lluvia en vapores que las nubes derramarán y destilarán sobre la muchedumbre.” Job 36:27-30.
3) el agua una vez evaporada y colectada en las nubes tiende a precipitarse y regresa a los ríos "para correr de nuevo" el mismo ciclo.
“Como baja la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelven allá sin haber empapado y fecundado la tierra y haberla hecho germinar dando la simiente para sembrar y el pan para comer.” Isaías 55:10.
Ustedes se sorprenderán de saber que esto fue escrito cientos de años antes de que la cultura griega apareciera. Sin embargo, la ciencia de hoy día acredita a Aristóteles con ser el primero en comprender el ciclo de evaporación/condensación del agua que produce la lluvia. Y lo que resulta aún más asombroso es que no fue hasta los años 1900s cuando se descubrió que lo que producía la formación de las nubes era el ciclo de expansión y enfriamiento del aire que se elevaba de los lagos, ríos y mares. ¡No fue hasta los años 1900s cuando este hecho científico se convirtió en un fenómeno científicamente aceptado, mientras que nuestra biblia lo declaró desde hace casi 4,000 años! ¡Por favor!
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