PROTESTANTISMO.

En alguna ocasión recuerdo que un par de hermanos católicos que conversaban, y que uno al otro se decían Cristianos, comencé a razonar y pensé, que hoy día, debemos definir exactamente nuestra religiosidad, porque si no lo hacemos podemos sugerir ser de alguna secta, actualmente existen los Cristianos, y son una Religión que basa su doctrina única y exclusivamente en Jesús, dejando fuera a los SANTOS, LA VIRGEN MARIA, Etc. Es por ello que considero que no nos debe bastar con decir que somos cristianos, sino que debemos especificar con toda claridad que somos católicos y que pertenecemos a la Iglesia Católica Apostólica Romana fundada por Jesús.

Es por ello que enseguida analizaremos un tema trascendental en nuestra postura como católicos, el Protestantismo. Comencemos por la semántica del término.

Se denomina Protestantismo al conjunto de iglesias cristianas y doctrinas que se identifican con las teologías desarrolladas en el siglo XVI en Europa Occidental, a propósito del intento de Reforma la Iglesia Católica por parte de un importante grupo de teólogos y clérigos, el más reconocido de ellos fue el monje católico Agustino Martin Lutero, de quien las iglesias luteranas toman su nombre. No obstante, la mayor parte de los cristianos europeos (especialmente en Europa Meridional) no compartieron los intentos de reforma y se produjo una separación entre las emergentes iglesias reformadas (la mayoría de carácter nacional) y una reformulada Iglesia Católica Romana, que reafirmó explícitamente todas aquellas doctrinas rechazadas por el protestantismo en el Concilio de Trento.

Existe una diferencia fundamental entre nuestra Iglesia Católica y el Protestantismo, y consiste en que la Iglesia Católica reconoce como norma de Fe La Biblia y La Tradición Apostólica, interpretadas auténticamente por el Magisterio de la Iglesia, mientras el protestantismo acepta únicamente como Norma de Fe la Biblia, y que como producto de la ruptura que se mencionó líneas arriba, cada secta tomó de nuestra biblia los libros y textos que así mismos les convenía, intentando justificar sus propias doctrinas. Y que como consecuencia de esta libre interpretación, sin tomar en cuenta los criterios de interpretación establecidos, ocurre la proliferación de sectas, puesto que cada quien prefiere interpretar personalmente su Doctrina, acondicionándola a placer a favor de sus conveniencias.  (2 Pedro 1:20-21)

Por ello es indispensable conocer los criterios de Interpretación de la Biblia (presentados en SANTAS ESCRITURAS IV), porque de por sí la escritura a veces se torna un poco confusa y si le agregamos que cada quien entiende y aplica a su manera, pues esto se vuelve un caos y un profundo abismo de perdición de almas.

“Hay en ellas  algunos puntos difíciles de comprender que las personas ignorantes y poco firmes en su fe tuercen, lo mismo que las demás Escrituras, para su propio perjuicio.” 2 Pedro 3:16.

Muy a pesar de que Jesús fundó solamente una iglesia  (Mateo 16:18), a pesar de que en ningún momento Jesús dio la orden a sus Discípulos de que vayan por todo el mundo y funden muchas iglesias para que cada quien elija la que más le convenga, muy a pesar de todo esto, la multiplicación de sectas es el pan nuestro de cada día.

El protestantismo incluso se remonta a épocas antiguas y paralelas a Jesús ( 1 Corintios 1:11-13), y que en cierta manera la escritura habla de ellos a futuro, prediciendo lo que hoy día ocurre con nuestros hermanos separados:

“Cualquiera puede llegar predicando a otro Jesús no como se lo predicamos y comunicarles un espíritu diferente del que recibieron, con un evangelio diferente del que han aceptado. ¡Y lo soportan!  2 Corintios 11:4.

2 Pedro 2:1-19.

1 Timoteo 4:1-5.

2 Timoteo 3:6-9.

“Pues vendrá un tiempo en que los hombres ya no soportarán la sana doctrina, sino que se buscarán un montón de maestros, según sus deseos. Estarán ávidos de novedades y se apartarán de la verdad para volverse hacia puros cuentos.”   2 Timoteo 4:4-5.

Romanos 1:28-32.

1 Timoteo 1:6-7.

“Yo vengo de parte de mi Padre, y ustedes no me hacen caso, pero si otros vienen en su propio nombre, ustedes les harán caso.” Juan 5:43.

Hechos 20:29-30.

Judas 18-19.

Las sectas actuales se desprendieron de la nuestra, prueba de ello es la similitud del contenido de su Biblia con respecto de la nuestra, así como también Martin Lutero pertenecía a la Iglesia Católica, al igual que muchos de nuestros familiares y amigos, que siendo de nuestro rebaño, lo abandonaron por otro y que generalmente el causal es su propia ignorancia.

“Ellos salieron de entre nosotros mismos, aunque realmente no eran de los nuestros, si hubieran sido de los nuestros se habrían quedado con nosotros. Al salir ellos, vimos claramente que entre nosotros no todos eran de los nuestros.” 1 Juan 2:19.   

 “No vamos a ser nosotros de esos que se retiran y se pierden, sino que somos hombres que creen y se salvarán.”  Hebreos 11:39.

 Esta tendencia cismática de muchos,  claro que existe actualmente, y se ve reflejada en doctrinas mundanas, en doctrinas diabólicas, en doctrinas fantásticas sacadas de cuentos de hadas, en mandatos que supuestamente fueron inspirados por Dios y que se ha comprobado que no fueron más que alucinaciones de personas en estado alcohólico o esquizofrénico o alterados por alguna droga, en mandatos inútiles y hasta obsoletos:

“Esos no son más que mandatos y enseñanzas de hombres referentes a cosas que se usan; se desgastan y desaparecen. Estas doctrinas parecen profundas por su religiosidad y humildad, y porque se trata duramente al cuerpo; pero no hacen más que fortalecer el orgullo propio.” Colosenses 2:22-23.

“Cuídense de que nadie los engañe con teorías filosóficas o con cualquier otro discurso hueco, que no son más que doctrinas humanas y no se inspiran en Cristo, sino en luces de este mundo.” Colosenses 2:8

Judas 4.

Hay  cultos y protestantes  de muchas formas, estilos  y categorías, como si tuviéramos un catálogo a escoger: si queremos ser muy cultos, andar encorbatados, si queremos estar pelones, o traer la cabeza amarrada, si queremos compartir a nuestra esposa e hijas, si queremos perder todas nuestras pertenencias, si queremos “estar salvados”, si queremos olvidarnos de que existe el infierno, etc. Y también porqué no, si queremos cambiar nuestras condiciones económicas.

Porque esta separación de hermanos tan abrumadora hoy en nuestros días, tiene un origen muy concebible; el dinero, la conveniencia económica, cuantos de nosotros hemos escuchado o visto sobre los lujos que viven sus pastores y ministros, cuantas veces no hemos escuchado que ellos mismos reniegan de las “cuotas” que deben pagar indiscutiblemente al acudir a sus “Iglesias”, quizá hasta hayamos escuchado algún testimonio de alguien que al entrar a esas congregaciones perdió mucho de sus bienes y raíces, por ganarse “La salvación” y entregarlo como “Diezmo”, así como también de que a hermanos católicos, muy cultos y sabios de la Palabra de Dios, les han ofrecido grandes y atractivas (Por no decir tentadoras) cantidades de dinero, a cambio de “convertirse” a su “Iglesia” y poderles verter todo ese conocimiento propio. Ah pero eso no es algo nuevo pues:

“Está comprobado que la raíz de todos los males es EL AMOR AL DINERO. Por entregarse a él, algunos se han extraviado lejos de la Fe y se han torturado a sí mismos con un sinnúmero de tormentos.” 1 Timoteo 6:10.

1 Timoteo 6:3-5.

Tito 1:10-11.

“No pueden ver a una mujer sin desearla, no se cansan de pecar y seducen las almas poco firmes. En su corazón se estableció EL AMOR AL DINERO, son gente maldita.” 2 Pedro 2:14.

Juan 10:12-13.

Es bien importante conocer lo que la Biblia nos dice sobre estas personas que están sobre nosotros, en constante intención de hacernos resbalar, de lograr “Atraparnos”.

“Tengan cuidado, no sea que esa gente extraviada los engañe y los arrastre, les haga perder la firmeza y por fin caer.” 2 Pedro 3:17.

Si no que al contrario en lugar de que ellos nos busquen a nosotros, nosotros intentar establecer comunicación con ellos y por decirlo de alguna manera, llamarles la atención, pero solamente dos veces:

“Si alguien fomenta sectas en la Iglesia, le llamarás la atención una primera y una segunda vez, después rompe con él, sabiendo que es un descarriado y culpable que se condena a sí mismo.” Tito 3:10-11.

Y si después de esas dos advertencias no recapacita, pues ahora sí, que Dios lo bendiga, y no sólo rompemos con él, sino que debemos saber que existen razones de mucho peso para, rechazarlos, ignorarlos:

“Si alguien llega a ustedes y no trae esta doctrina, no lo reciban en sus casas, ni siquiera lo saluden. Porque el que lo saluda se hace cómplice de sus malas obras.” Judas 10-11.

La biblia nos informa que ni siquiera hablemos con esas personas, ya que en todo momento tratan de influenciarnos negativamente, nos bombardean con palabrerías inútiles, nos dicen un montón de argucias  y no vaya a ser que en una de esas, nos siembren la semilla de la duda y la discordia y nos hagan caer en su trampa. Por eso:

“¡Déjenlos! Son ciegos que guían a otros ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caen en un hoyo.” Mateo 15:13-14.

“Mientras que los pecadores y los embusteros avanzarán más y más en el mal, juntos los engañadores y los engañados.” 2 Timoteo 3:13.

Ahora que si de plano no entendemos y nos dejamos influenciar por estas personas, o ya no estamos conformes con nuestra doctrina que hemos profesado hasta ahora, o que nos ofrecieron un dinerito por incorporarnos a sus filas; pues entonces tendremos que saber las consecuencias que afrontaremos, puesto que ya de antemano los que profesan estas sectas, son malditos. Y no pensemos que porque escuchamos que cada secta tiene su propia biblia y que por ser parecida a la de nosotros, nos hagan creer que la más válida es la de ellos.

“No es que haya otro, sino que ciertas personas han sembrado la confusión entre ustedes y quieren dar la vuelta al Evangelio de Cristo. Pero aunque viniéramos nosotros o viniera algún ángel del cielo para anunciarles el Evangelio de otra manera que lo hemos anunciado, ¡SEA MALDITO!. Ya se lo dijimos antes, pero ahora se lo repito: si alguien viene con un evangelio que no es lo que ustedes han recibido, ¡SEA MALDITO! Gálatas 1:7-9.

2 Pedro 2:3.

Deuteronomio 11:26-28.

Filipenses 3:18-19.

Jeremías 23:1-4.

Así pues, que nadie nos engañe, no nos dejemos influenciar por ellos, y mucho menos pensar si quiera que negaremos nuestra fe, nuestra doctrina, nuestra iglesia. Y si con estas citas condenatorias no nos es suficiente, pues veamos otras más, sobre todo en el entendido que las sectas han “acondicionado” su palabra, quitando y añadiendo citas y libros a placer;  veamos el apocalipsis, donde tajantemente condena:

“A quien se atreva a añadirle algo. Dios añadirá sobre él todas las plagas descritas en este libro. A quien quite algo de las palabras de este libro profético. Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa, descritos en este libro.” Apocalipsis 22:18-19.

 Toda esta corriente protestante es relativamente nueva, a lo más tendrán unos 300 o 400 años de fundación, mientras que la nuestra tiene más de 2000 años, pero así como el sectarismo del primer milenio desapareció, seguramente así desaparecerán las que existen actualmente, aunque también es probable que surjan otras más después de estas tal y como lo describe la historia, pero de nueva cuenta sin duda desaparecerán.  Porque ese es el destino de todas las sectas: empezar, desarrollarse y morir. Solamente la Iglesia Católica viene desde Jesús y llegará hasta el fin del mundo.

Pero también es conveniente saber que el sectarismo y las divisiones  no durarán  por siempre, pues la Biblia nos muestra que algún día se terminarán las divisiones y habrá un solo rebaño, bajo un solo pastor.

“Yo soy el buen pastor, conozco a las mías y las mías me conocen a mi. Así como me conoce el Padre, también yo conozco al Padre, y doy mi vida por mis ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este corral. A ellas también las llamaré y oirán mi voz; y habrá un solo rebaño como hay un solo pastor.” Juan 10:14-16.