TRASCENDENCIA DEL ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTO.
Existe una controversia compartida entre algunos de nuestros hermanos separados y los católicos, con el hecho de que Existen dos Testamentos, el Antiguo y el Nuevo, y que muchas de las veces ellos se rigen por lo que dice el Antiguo y nos critican y atacan que nosotros nos regimos por el Nuevo, y a la vez, nos piden una explicación del porqué, es bien cierto que conocemos de ellos algunos hábitos y costumbres que para ellos son “órdenes” y que claramente son derivadas del Antiguo Testamento, algunas como: no comer carne de puerco, ni sangre de animales, que por eso ellos tienen varias mujeres, etc, etc, etc, etc, Tomemos uno de estos casos para comenzar a establecer el porqué nosotros nos regimos por el Nuevo Testamento.
Ellos nos dicen:
“El cerdo que tiene la pezuña partida en dos mitades, pero no rumia, SERÁ IMPURO PARA USTEDES. De su carne no comerán ni tocarán su cadáver; SERÁN IMPUROS PARA USTEDES.” Levítico 11:7-8.
Y nosotros debemos responder:
“Jesús declaró que TODOS los alimentos son puros.” Marcos 7:20.
Pues bien, en base a lo anterior entremos en materia, respondamos a la interrogante. La Biblia se compone de dos partes: El Antiguo y el Nuevo Testamento. Etimológicamente testamento quiere decir Alianza.
Es decir, el Antiguo Testamento es la Antigua Alianza que se estableció unos 1,250 años A.C., en el Monte Sinaí, por medio de Moisés. Y por obviedad el Antiguo Testamento presupone un Nuevo Testamento. Y se le llama Antiguo porque relata la Historia y los compromisos fundamentales del Pueblo de Israel, cuya base fue esa Alianza establecida con Moisés en el Monte Sinaí.
“Entonces Moisés tomó la sangre y la derramó sobre el pueblo. Esta es la sangre de la Alianza que Yavé ha hecho con ustedes, conforme a todos estos compromisos.” Éxodo 24:8.
Mientras que el Nuevo Testamento o Nueva Alianza se estableció al morir Jesús en el Monte Calvario. En esta parte de la Biblia se relatan los hechos y los compromisos fundamentales del Nuevo Pueblo de Dios, cuya base fue la muerte de Jesús en la Cruz.
“Después de la Cena hizo lo mismo con la Copa. Dijo: esta copa es LA ALIANZA NUEVA y sellada con mi sangre, que va a ser derramada por ustedes.” Lucas 22:20.
“Por eso Cristo es el mediador de un Nuevo Testamento o Alianza. Por su muerte fueron redimidas las faltas cometidas bajo el régimen de la Primera Alianza, y la promesa es entregada a todos aquellos invitados para la vida eterna.” Hebreos 9:15.
Entre el Antiguo y el Nuevo Testamento la diferencia consiste en que el Antiguo es la preparación y presenta las sombras, en el Nuevo es el cumplimiento y presenta la realidad, que es Cristo; mientras el Antiguo muestra una ley imperfecta, que es la Ley de Moisés, el Nuevo presenta una Ley Perfecta, que es la Ley de Cristo. Es por ello que nosotros los católicos estamos obligados a cumplir esa Ley Perfecta de Jesucristo, contenida en el Nuevo Testamento:
“Antes de que llegarán los tiempos de la Fe, la ley nos guardaba en espera de la Fe que se iba a revelar. Para nosotros ella fue la sirvienta que lleva al niño a su maestro; nos conducía a Cristo, para que al creer en Él fuéramos justos y santos por medio de la Fe. Al llegar la Fe, esa sirvienta no tiene ya autoridad sobre nosotros.” Gálatas 3:23-25.
“En otro tiempo ustedes eran tinieblas, pero al presente ustedes son Luz en el Señor.” Efesios 5:8.
Ahora estamos frente a otra controversia, Jesús cumplió la Ley de Moisés, y entonces; ¿porqué nosotros no la respetamos si el propio Jesús lo hacia? Buena pregunta verdad, y no dudemos que la formulen nuestros hermanos separados. Pero fijémonos que Cristo cumplió la Ley de Moisés porque él mismo pertenecía al Pueblo de Israel y además vivió en el Antiguo Testamento, y que efectivamente con su muerte en la Cruz, Cristo estableció el Nuevo Testamento y nos liberó de la Ley de Moisés.
“Pero cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, el cual nació de mujer y fue sometido a la Ley, con el fin de rescatar a los que estaban sometidos a la Ley, para que así llegáramos a ser Hijos adoptivos de Dios.” Gálatas 4:4-5.
Para terminar de entender esta parte crucial sobre el porqué Jesús perteneció al Antiguo y no al Nuevo Testamento, si decimos que con su sangre derramada y muerte en la Cruz estableció el Nuevo Testamento, pues aquí tienen la respuesta:
“En caso de hacerse un testamento hay que esperar y comprobar la muerte del testador, pues un testamento subentiende muerte, y no tiene fuerza mientras vive el testador.” Hebreos 9:16-17.
Ah pero atención, con lo dicho anteriormente no quiere decir que el Antiguo Testamento no tiene ningún valor, al contrario, el Antiguo Testamento nos sirve como medio para poder entender mejor el Nuevo Testamento, el cual nos presenta a Cristo, nuestro único señor y salvador. Además nos ayuda a comprender la Pedagogía de Dios, es decir, su manera de tratarnos para educarnos en la Fe y por si fuera poco nos presenta experiencias religiosas muy profundas (profetas y salmos), que pueden representar un estimulo muy fuerte para realizar nuestro encuentro con Dios.
Para concluir debemos considerar que entre nuestros hermanos separados, por lo general existe una gran confusión acerca del Valor del Antiguo Testamento. Para muchos, los dos Testamentos tienen el mismo valor; por eso utilizan indistintamente citas de los dos testamentos para “Confirmar” sus doctrinas, sin fijarse en que muchas veces el Nuevo Testamento enseña algo muy distinto del Antiguo, y por consecuencia debemos emplear los parámetros presentados en las citas de este articulo para no incurrir en errores y contradicciones.
“Por eso, que nadie los venga a criticar por lo que comen y beben, o por no respetar fiestas, lunas nuevas o el día sábado. Esas cosas no eran más que sombras de lo que debíamos esperar, mientras que lo real es la persona de Cristo.” Colosenses 2:16-17. |