LA VIRGEN MARIA.
Se ha llegado el momento de abordar un tema tan controversial, que ha originado el uso de suficiente papel y tinta para abordarlo, tal es el caso de la Virgen María, en este artículo analizaremos aspectos de vida divina, dilucidaremos el mito de que si tuvo o no más hijos.
En primer lugar, en el tiempo de los Hebreos, el nombre no era un simple apelativo, sino que estaba ligado íntimamente a la persona, por ello usaban nombres que describirían la personalidad, el carácter, etc. Es por ello que se le asignó el nombre dado a la hermana de Moisés y Aarón. Por tal motivo de alguna manera María desde entonces ya tenia su vida consagrada a Dios, de alguna forma Dios ya la había elegido. Incluso en ella se ha cumplido lo proclamado por el Profeta Isaías:
“La Virgen esta embarazada y da a Luz un varón a quien le pone el nombre de Emmanuel.” Isaías 7:14.
María, se dio cuenta de su ministerio cuando el Ángel Gabriel le anunció su misión, la cual María aceptó sin dudar, sin vacilar, porque ella de antemano asimiló que ese era su destino.
“En el sexto mes, el Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una joven Virgen, que vivía en una ciudad de Galilea llamada Nazareth, y que era prometida de José, de la familia de David, y el nombre de la Virgen era María. Entró el ángel a su presencia y le dijo: Alégrate llena de Gracia, el Señor está contigo. María quedó muy conmovida por lo que veía y se preguntaba que quería decir ese saludo. Pero el ángel le dijo, no temas María, porque has encontrado el favor de Dios. Vas a quedar embarazada y darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús. Será grande y con razón lo llamarán Hijo del Altísimo, Dios le dará el trono de David, su antepasado. Gobernará por siempre el pueblo de Jacob y su reinado no terminará jamás.” Lucas 1:26-38.
Plenamente consciente María de lo que representaba esta anunciación solo tuvo una pregunta, que cómo concebiría si no tenía relación con ningún hombre, después de respondida la interrogante, María terminó por decir, YO SOY LA SERVIDORA DEL SEÑOR, HÁGASE EN MI LO QUE HAS DICHO.
A partir de este momento, María estaba llena de gracia, rebozaba a Dios y al Espiritu Santo, tanto que:
“Al oir Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre, Isabel se llenó del Espiritu Santo, y exclamó en alta voz: ¡Bendita eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de vientre!” Lucas 1:39-45.
Para ese entonces María estaba comprometida con José, aún no vivían juntos y después de que María concibió por obra del Espiritu Santo, José al darse cuenta de la situación pensó en dejar a María, pero:
“Estaba pensando en esto, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José descendiente de David, no temas llevar a tu casa a María, tu esposa, porque la criatura que espera es obra del Espiritu Santo. Y dará a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” Mateo 1:18-25.
José al igual que María, no dudo un instante en cumplir el mandato que le había sido asignado, por ello recibió a María en su casa y sin tener relaciones, María dio a luz a su hijo y le pusieron el nombre de Jesús. Cabe hacer mención aclaratoria del hecho de que José antes de vivir junto con María, y al saber del embarazo de María, pensó en Divorciarse de ella, y que después de que el ángel le dio la visión a José este hasta entonces se llevó a María a su casa, podremos decir, cómo, primero se casan y luego viven juntos. Según la tradición judía de aquel momento, los jóvenes varones se desposaban entre los dieciocho y veinticuatro años, mientras que las jóvenes mujeres a partir de los doce años eran consideradas doncellas, a partir de esa edad podían desposarse. El matrimonio judío tenía dos momentos, desposorio y matrimonio propiamente dicho: el primero era celebrado en la casa de la novia y traía consigo acuerdos y obligaciones,. Si la novia no había estado casada antes se esperaba un año después del desposorio para llegar a la segunda parte, el matrimonio propiamente dicho, donde el novio llevaba solemnemente a la novia desde la casa de sus padres a la de él. Hago la aclaración porque en el relato bíblico no la dan, la razón es que en aquella época esa era la costumbre popular, entonces para que se explicaba lo que ya se sabía.
No cabe duda que María fue y ha sido siempre llena de gracia, porque incluso así fue proclamada desde su anunciación, llena de gracia, aquí es donde los católicos encontramos lo incongruente de nuestros hermanos separados, al afirmar que María tuvo más hijos, que Jesús tuvo hermanos y por consecuencia niegan rotundamente la virginidad de María, y no conformes con ello, llegan hasta excluirla de sus doctrinas y menospreciarla flagrantemente, basando sus acusaciones en citas bíblicas como estas:
“Entonces llegaron su madre y sus hermanos, se quedaron afuera y lo mandaron a llamar, como era mucha la gente sentada en torno a Jesús, le transmitieron este recado. Oye tu Madre, tus hermanos y tus hermanas están afuera y preguntan por ti.” Marcos 3:31-35.
“¿No es el hijo del Carpintero?, no se llama María su madre. ¿No son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? Y sus hermanas, ¿No están todas viviendo entre nosotros? Mateo 13:55-56.
La verdad debe ser dicha, no permitamos que se blasfeme la Virginidad y Divinidad de María, recordemos que siempre fue LLENA DE GRACIA, y como aprendimos en el articulo SANTAS ESCRITURAS IV donde la Tradición Viva de la Fe, nos indica que esa expresión hace alusión a alguien que nunca tuvo pecado ni original, ni actual, que María no sería capaz de faltar a Dios, es por eso que María fue siempre Virgen, confiriéndole el nombre de Inmaculada Virgen María.
Si bien es cierto que se habla de hermanos de Jesús, pero en ningún momento se habla de “HIJOS DE MARIA”, lo cual viene en detrimento a nuestros hermanos separados, por que con solo esta aseveración echamos abajo toda su inútil retórica, y si queremos agregar más, aún hay de donde enriquecer nuestra defensa, pues consideremos que la Palabra Hermano, en aquel entonces tenía muchas acepciones, tal como lo vimos en el articulo Santas Escrituras IV, donde aprendimos que Hermano significaba aparte de hermano carnal; sobrino, prójimo, correligionario, de la misma raza, primo y pariente, además podemos comprobar en el evangelio de Mateo (10:3) que los “Dos Hermanos” de Jesús, Santiago y José, tenían como Madre a otra María, distinta de la madre de Jesús. Su padre era Alfeo, si hubiera sido también la madre de Jesús lo hubiera dicho claramente:
“Estaban allí observando de lejos, muchas mujeres que desde Galilea habían seguido a Jesús para servirlo entre ellas: María Magdalena, María, madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.” Mateo 27:55-56.
“Unas mujeres miraban de lejos, entre ellas María Magdalena, Maria, Madre de Santiago el menor, y de José y Salomé.” Marcos 15:40.
Es más si María hubiera tenido más hijos, entonces Jesús al morir en la Cruz no la hubiese encomendado a un extraño:
“Junto a la Cruz de Jesús estaba su madre, la hermana de su madre, María, esposa de Cleofás y María de Magdala. Jesús al ver a la madre: y junto a ella al discípulo que más quería: dijo a la Madre, Mujer, ahí tienes a tu hijo, después dijo al discípulo; ahí tienes a tu madre. Desde ese momento el discípulo se la llevó a su casa.” Juan 19:25-27.
Para concluir, es preciso destacar que María, con toda su divinidad y magnimidad, con lo trascendental de su misión, continúa ocupando un lugar imprescindible incluso hoy día para nosotros, pues ella es y será la madre de Dios. Y que intercede por nosotros, tal y como lo hizo en las tan mencionadas bodas de Caná, donde le pide a Jesús hiciera lo que sería su primer milagro, aunque Jesús al principio se negaba a hacerlo, la insistencia de María logró que Jesús, a pesar de que aún no era su hora de actuar, lo hizo. (Juan 2:1-12.)
Por ello es que María desempeña esa función primordial dentro de nuestra doctrina católica, cuantos rezos, cuantas alabanzas, cuantos cantos no están a favor de ella, nuestras peticiones y oraciones dirigidas a ella, por todo eso y más:
“De hoy en adelante todas las generaciones me llamarán bienaventurada.” Lucas 1:48.
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